La
expresión dramática es otro de los caminos que podemos utilizar para
comunicarnos y enseñar a los niños el arte de comunicarse, hablando,
conversando y dialogando.
Según
un artículo de María Prieto, Universidad de Oviedo, enlace que os dejo al final
de mi entrada, la palabra dramatización viene del griego drao, que significa “hacer”. Por eso en la actividades dramáticas
se superponen el “saber” y el “saber hacer” junto con el “saber ser”, lo que
hace que la expresión dramática sea un recurso importante para que los niños
aprendan a expresarse de manera correcta y apropiada, además de ser un procedimiento
perfecto para iniciar a los niños en la
interacción social, por medio de tareas basadas en el diálogo, creando una
situación real de comunicación oral por medio de técnicas lúdicas.
La dramatización favorece la adquisición de la lengua, analiza, experimenta
situaciones, plantea conflictos y sus posibles resoluciones, se refuerzan las
estrategias de comunicación fomentando la confianza en uno mismo e impulsando
la desinhibición, la fluidez verbal y reduce las barreras afectivas, aumentando
la motivación, la imaginación y la creatividad, y no menos importante la
sensibilidad artística, imaginativa y cultural.
Como
hemos dicho ya en muchas ocasiones la comunicación no es algo que siempre
hagamos con palabras o de forma oral, pues va acompañada de nuestro cuerpo,
gestos, miradas, posturas, el lenguaje es una acción que muestra muchos códigos
simultáneos.
Por
todo esto la dramatización supone uno de los recursos más completos con los que
cuenta el profesor en el aula para el desarrollo de la comunicación,
participación y relaciones sociales en sus aulas, se trata de un aprendizaje
colaborativo por parte de todos los componentes de la clase pudiendo
interactuar con otros iguales, mayores y más pequeños.
En
este artículo podemos ver como los niños pueden aprender de esta manera lúdica
normas, tanto en situaciones formales como no formales, aprender y saber
diferenciar las distintas funciones del lenguaje, que sin darnos cuenta
utilizamos diariamente en nuestras vidas,
también aprenden a conocerse ellos mismos y a los demás, sean o no de su
misma cultura, intercambiando ideas, conocimientos y pensamientos, podemos
también trabajar el intercambio de roles, ya sean culturas distintas, razas,
etnias o sexos, para que sean capaces de realizar un acto empático con el resto
de compañeros, aprendiendo a no segregar ni a discriminar por ninguno de los
motivos anteriores ni otros que pudiesen darse en la vida real.
Como
ya he comentado antes os dejo el enlace del documento original de María Prieto,
“De la Expresión Dramática a la Expresión Oral”, espero os guste.